Oremos con un Corazón Abierto, Humilde y Sincero

orar con un corazon sincero


Orar con un Corazón Sincero Trae Milagros


La Oración Efectiva para ver el Poder de Dios, es Aquella que se Hace con un Corazón Abierto, Humilde y Sincero

Salmo 18:6
En mi angustia invoqué al Señor; clamé a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; ¡mi clamor llegó a sus oídos!

Salmo 145:18
El Señor está cerca de quienes lo invocan, de quienes lo invocan en verdad.

Hebreos 10:22
acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.

Hebreos 4:16
Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.

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Marcos 11:23
Les aseguro que, si alguno le dice a este monte: “Quítate de ahí y tírate al mar”, creyendo, sin abrigar la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá.

1 Juan 5:15
Y, si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.

Santiago 1:6
Pero que pida con fe, sin dudar, porque quien duda es como las olas del mar, agitadas y llevadas de un lado a otro por el viento.

Mateo 6:7
Y al orar, no hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras.

Romanos 8:26
Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras.

Dios Responde las Oraciones Sinceras, Secretas y Sencillas de Todo Corazón

Una mujer humilde vivía con su nieta que estaba muy enferma, como no tenía dinero esta viejita, esta abuelita para llevarla a un médico y a pesar de su esfuerzo en hacer todo lo posible para que se sanara, la niña estaba cada vez peor, con mucho dolor y tristeza en el corazón. Esta señora, esta mujer decide dejar a esa nieta ahí solita porque no podía cargarla y ella no se podía mover por sí misma por lo enferma que estaba la pequeña. 

Entonces esta anciana mujer la deja allí y se va a pie hasta el pueblo más próximo en busca de ayuda, en el único hospital público de la región le dijeron que los médicos no podían trasladarse hasta su casa, que ya tenía que traer a la niña para ser examinada. Desesperada esta mujer por saber que su nieta no iba a conseguir quien la atendiera porque no podía levantarse de la cama y venir hasta el hospital, pues esta mujer se retira muy triste y al pasar por una parroquia, ve una iglesia y decide entrar. 

Muchas señoras estaban allí, algunas arrodilladas, rezando un rosario. Esta anciana también se arrodilla, escuchó las oraciones de aquellas mujeres y cuando tuvo la oportunidad también alzó la voz. Lo hizo en voz alta, pero no lo hizo como ellas lo estaban haciendo, lo hace totalmente diferente. 

Entonces ella llega y dice: Hola Dios, soy yo, María. Fíjese, Señor, que mi nieta está muy enferma, yo quisiera que usted fuera allá a curarla... Por favor, Diosito querido, anote la dirección. Las señoras que estaban escuchando y que estaban rezando ante sus rosarios, se sorprenden con ese tipo de oración... le sonaba todo muy raro, ya que consideraban que no era la manera de orar

Esta anciana María continúa su oración y le dice: Es muy fácil Diosito, solamente seguir el camino de las piedras y cuando pasa el río con un puente, pues usted entra a la segunda calle, el terraplén y pasa la tiendita, mi casa es la última cabaña que está en la callecita. Las otras señoras que estaban pendientes de la oración se esforzaban para no burlarse o reírse de esta mujer. 

Ella sigue expresando, mire Dios, la puerta está cerrada, pero la llave está abajo del tapete rojo, ahí, a la entrada, por favor cure a mi nietecita Diosito. Gracias. Y cuando todas pensaron que ya había acabado, ella dice: ah, señor, por favor, no se olvide de colocar la llave de nuevo abajo del tapete rojo... si no, yo no voy a poder entrar a la casa. Muchas gracias. Después que María se fue, aquellas señoras soltaron la carcajada y se quedaron comentando lo triste que es ver que las personas no saben orar y eso pensaron ellas. 

Cuando llega María a su casa, después de caminar por largo tiempo, no puede contener las lágrimas, la alegría que siente al observar a su nietecita allí, sentada en el piso, jugando con sus muñecas. ¿Ya estás de pie? La niña, mirándola con una sonrisa, le contesta: sí, abuelita, un médico estuvo aquí, me dio un beso en la frente, me dijo: que me iba a mejorar y así fue. Él era hermoso, abuelita, su ropa era tan blanca y brillante como el sol... ¡Ah! Te mandó a decir que fue fácil encontrar nuestra casa y que iba a dejar la llave debajo del tapete rojo como tú se lo pediste.

Esta historia parece un poco traída de los cabellos. Pero me encantó, porque a mí me deja una lección grandísima y te la quería comunicar a ti esa lección de cómo debemos comunicarnos con Dios ¿Sabes? No necesitamos estar con oraciones repetitivas o rezos repetitivos, no, no necesitamos tener ese diálogo como talvez el más profesional y muchas personas expresan, yo quisiera aprender a orar de esa forma como usted lo hace o como tal hermano.

Por consiguiente, tú lo puedes hacer, se sinceró, se sincera con Dios y habla como esta anciana, con su corazón y con su sinceridad. No se necesitan interminables rezos que nunca van a llegar tal vez a la presencia de Dios. Sin duda alguna, que lo que mueve a Dios es la simpleza, la sinceridad, como la de esta anciana María cuando necesites un milagro. 

Así pues, no busques palabras refinadas, muchas personas oran bonito por la experiencia que le ha dado el tener esa relación con Dios, el tener ese constante a solas con Dios y entonces hace que muchas personas o hermanos hablen desde lo más profundo de su corazón, porque tienen fe como a esa mujer María y no es que nos comparemos con ella, que somos iguales, es que es tan sencillo como eso, como la protagonista de nuestra historia de hoy. 

Porque la Palabra de Dios dice: les aseguro, dijo Jesús a sus discípulos y a todos los que le escuchaban, les dijo: les aseguro que si ustedes tienen confianza y no dudan del poder de Dios, todo lo que pidan en sus oraciones va a suceder, les aseguro. 

Finalmente, él nos está expresando que nos asegura que su palabra se cumplirá en nosotros... Hoy yo les aseguro que no tienes que poner intermediarios, no tienes que prender una vela, no tienes que ir ante un santo, un santero y adonde el hechicero.

Definitivamente, solo tienes que ir al de allá directamente con el único que Dios Todopoderoso, como hizo María, esa mujer donde le dijo: Diosito mira, soy yo, mi nieta está muy enferma, yo quisiera que usted fuera allá a curarla... Mire, voltea aquí a mano derecha esa inocencia, pero esa sinceridad. ¿Alguno dirá, será que Dios no puede llegar allá? No obstante esa sinceridad y esa honestidad, esa mujer marcó la diferencia.

Si Nosotros Tenemos Confianza y no Dudamos del Poder de Dios, Todo lo que Pidamos en Oraciones va a Suceder en el Poderoso Nombre de Jesús.

Oremos con Sinceridad y Humildad para ver los Milagros de Dios

Devocional Cristiano

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